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Apto Oficial

Carta de un opositor a oficial recién aprobado.

Un año más, 320 compañeros de la Policía Nacional serán oficiales por concurso oposición. Lo llaman ascenso, algo que por definición significa subir, ir para arriba, obtener un cargo más importante y mejor remunerado… La teoría siempre está bien pero si les preguntáramos a ellos, nos daríamos cuenta de la realidad, y es que para muchos, si no la mayoría, el ascenso a oficial supondrá un cambio de destino y de ciudad.

Para que nos entendamos, después de años en un mismo destino, muchos de los nuevos oficiales tendrán que hacer las maletas y marcharse, al menos por un tiempo, a cualquiera de las ciudades de la geografía española, con todo lo que ello conlleva.

No se vende barato este ascenso y quienes hemos tenido el honor y la suerte de haberlo conseguido, sabemos todo lo que hemos tenido que dejar por el camino: planes con la familia y amigos, viajes, tiempo y dinero. Parece un precio lógico, pero… ¿Lo pagarías? Vamos a empezar como toda historia que se precie, por el principio, el día en el que el policía decide que va a opositar de nuevo para ser oficial.

PARA LA MAYORÍA EL ASCENSO A OFICIAL SUPONE UN CAMBIO DE DESTINO Y DE CIUDAD.

Es curioso y algunos no lo entenderán pero para muchos de nosotros todo comienza con una charla con la familia en la que les dices que quieres ascender. Puede que no lo sepas, pero estás pidiendo permiso… para ausentarte de planes, para mover a toda la familia en caso de que haya que irse a otra ciudad, para invertir tiempo y dinero en algo que no sabes cómo saldrá.

Una vez comienzas, ordenas todo, sacas el temario que te da la DFP y te sientas en el escritorio para empezar a estudiar, es cuando comienza la batalla del opositor contra sí mismo: horas y horas de estudio, nuevas leyes, nuevos decretos, instrucciones. De golpe y porrazo te conviertes en ese compañero que todo lo sabe.

El futuro oficial pasa por fases en las que no sabe si merece la pena todo, en las que quiere encontrar motivos para decirse a sí mismo que está mejor donde está y que si aprueba todo cambiará a peor, total, el ascenso a oficial son unos 90 euros en la nómina y más «marrones». Cuántas veces habremos oído eso. Es lícito pensar así y en parte tiene también su lógica… Veamos, si me voy a Barcelona de oficial (como previsiblemente se marcharán el grueso de los nuevos oficiales) y me alquilo un piso, durante un tiempo pagaré dos casas y perderé la plaza que tengo ahora. No hay culpa ninguna por pensar así, pero su historia como futuro oficial termina ahí.

EL FUTURO OFICIAL PASA POR FASES EN LAS QUE NO SABE SI MERECE LA PENA TODO.

Pero para todos aquellos que nunca pensaron así, o si lo hicisteis, alguien os convenció para seguir. Bienvenidos. Habéis llegado hasta el final de la historia y seréis oficiales. Aunque algunas historias no siempre tienen final feliz. El que os escribe suspendió varias veces hasta conseguirlo. No era más tonto que los demás que fueron aptos pero ellos lo hicieron mejor que yo en las pruebas y si no mejor, tuvieron esa suerte que no tuve. Hay que estar preparado para el éxito y para el fracaso.  

Por eso, a los que habéis aprobado, enhorabuena, habéis pasado quizá el mayor «corte» que tiene la Policía Nacional una vez dentro.

Si no eres de los agraciados y piensas que tu lugar está entre ellos, espero que el año que viene vuelvas aún con más fuerza y una plaza será tuya. Sin duda.

¡Buen servicio a los indicativos de la malla!  

1 COMENTARIO

  1. Aparte de explicar el funcionamiento interno, el artículo deja muy claro otra faceta muy importante de este trabajo, la personal, con sus dudas y el amor a una profesión que se lleva en el ADN., buen trabajo

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