Para conocer la intrahistoria del grafiti habría que remontarse a la época del Imperio Romano y ya en aquel entonces se usaba con tono satírico o crítico pero vamos a centrarnos en la era contemporánea en la que los grafiteros y grafitis aumentan a ritmo desorbitado.
En los últimos tiempos se viene observando una proliferación en la actividad de los grafiteros sobre todo en servicios públicos, más concretamente en los trenes ya sean METRO o RENFE. Hoy en día podemos encontrar diferentes tipos de grafiteros, que van desde los que pintan en muros, cierres metálicos de comercios y últimamente aumentan los que fijan los trenes como objetivo.
Normalmente los grafiteros actúan en los depósitos de trenes o cocheras aprovechando que son lugares muy extensos y difíciles de vigilar pero también es una práctica habitual el método del “palancazo” siendo esta una modalidad que les hace ganar peldaños en la escala de méritos en su mundillo por la dificultad que entraña.
El “palancazo” consiste en tirar del freno de emergencia que se encuentra en el interior provocando una frenada de emergencia del convoy momento en el que aprovechan para ejecutar el grafiti, pero este grafiti como he dicho entraña mayor dificultad porque tras usar el freno de emergencia disponen aproximadamente de diez minutos para pintar por lo que normalmente esta modalidad la ejecutan en grupo donde cada miembro tiene un rol previamente establecido.
Cuando se usa este método el delito de “Daños” por grafiti concursa con el delito de “Desórdenes Públicos” y según en el caso podría igualmente concursar con un delito de “Lesiones”.
Los grafiteros suelen agruparse por pertenencia a una “CREW” y normalmente la “CREW” suele tener tres letras y dentro de la “CREW” cada miembro tiene su “TAG” o firma, el grupo suele tener una estructura jerárquica y normalmente los miembros más jóvenes suelen ser los últimos en haberse incorporado y se les atribuye el papel de aguadores o vigilantes.
Por lo contrario en la parte más alta de la organización se sitúan los miembros más veteranos que no siempre son los que han realizado las mejores obras sino los que realizan las obras con mayor riesgo .
Queda de manifiesto que el grafiti crea controversia ya que si preguntamos a los “artistas” nos dirán que se trata de una obra artística y creativa con la que expresan su rebeldía ante la sociedad. No obstante, si lanzamos la misma pregunta los responsables de los servicios públicos de transporte la respuesta será totalmente opuesta, ya que ese tren en primer lugar, quedará fuera de circulación hasta ser limpiado y en muchos casos no bastará con limpiarlo, sino que habrá que volver a pintarlo creando además de un alto coste un trastorno en la programación del servicio ferroviario.
Pintar un vagón de tren tiene un coste aproximado de 5.000€ a lo que habría que sumar el coste por tener los trenes fuera de servicio. Tanto RENFE como METRO gastan cada año millones de euros a causa de lo que algunos llaman “arte”. Ambas operadoras formulan cada año cientos de denuncias por daños a causa del grafiti ante las autoridades competentes.
En la actualidad existen grupos policiales especializados en grafiti ubicados en las Brigadas Móviles dando una amplia y efectiva respuesta con laboriosas investigaciones tratando de frenar lo que algunas personas llaman arte que en definitiva no es mas que un acto de vandalismo que termina costando dinero a todos los contribuyentes.
Y es que en una época como la que vivimos actualmente el solo hecho de pensar que se gastan millones de euros sólo porque estos “artistas” del grafiti no encuentran otra forma mejor de expresarse que pintando trenes invita a reflexionar.
