En la sentencia queda fijado el Principio General de Resarcimiento o Indemnidad, aplicable a todos los agentes policiales.
Madrid.- Una reciente sentencia del Tribunal Supremo establece la obligación, para la Administración, de resarcir las lesiones sufridas por los Agentes de Policía en una intervención. Se trata de la Sentencia 956/2020, de 8 de julio, dictada por la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo. De aplicación para todos los agentes de la Policía Nacional y los Cuerpos Autonómicos, de Policía Municipal y Local.
La causa que ha motivado esta sentencia se encuentra en el recurso presentado por un Mosso d’Esquadra ante la negativa de la Administración a indemnizarle por las lesiones sufridas en una intervención. Un juzgado le dio la razón, provocando, a su vez, el recurso de la Administración al Tribunal Supremo, que reconoció finalmente el derecho del agente en la sentencia que ha fijado, de una forma novedosa, el llamado Principio General de Resarcimiento o Indemnidad.
Obligatoriedad de indemnizar
El Principio General de Resarcimiento o Indemnidad es un principio inherente al sentido instrumental de toda Administración. En él queda fijado que quienes la sirven no actúan en interés propio sino en el público -en el de todos-, por lo que si sufren daño o perjuicio alguno en el servicio, sin mediar culpa o negligencia, han de ser resarcidos directamente por la propia Administración, en cuyo nombre actúan.
Por eso, venga o no expresado en preceptos concretos, hay que recordar que el artículo 1729 del Código civil establece la obligación de que el mandante indemnice al mandatario todos los daños y perjuicios que le haya causado el cumplimiento del mandato, sin culpa ni imprudencia del mismo mandatario.
En definitiva, la sentencia 956/2020 establece la obligación de la Administración a resarcir las lesiones sufridas por los agentes de policía en una intervención, que resulten de acciones ilícitas de las personas sobre las que ejercen, sin culpa o negligencia por su parte, en las funciones que son propias de su cargo.
Por fin…es lo lógico, no?