Desde el pasado 17 de mayo, cuando comenzó la entrada masiva de inmigrantes en Ceuta, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han realizado 5600 rechazos en frontera.
Desde el lunes, la situación en la ciudad autónoma que comparte frontera con Marruecos es preocupante. En tres días se han contabilizado más de 8000 personas que han cruzado la frontera entre ambos países de forma irregular y poniendo en riesgo sus vidas.
En tres días se ha superado desorbitadamente la cifra de rechazos en fronteras con respecto año pasado
Como consecuencia a esta ola de inmigración, la Policía Nacional ha realizado en lo que llevamos de semana exclusivamente en Ceuta, un número desorbitado de deportaciones. En este caso, las conocidas y mal denominadas devoluciones en caliente, superan con crecer las actuaciones de rechazo en frontera de todo el año 2020.
En todo el territorio español se realizaron 212 devoluciones inmediatas de inmigrantes irregulares en 2020. Si la situación en Ceuta ya es insostenible por la fatiga de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado e inquietud de los ceutíes, este número hace evidente la crisis humana que estamos viviendo.
Visión internacional de esta crisis de inmigración
Este escenario ha traspasado fronteras y nunca mejor dicho, ya que la Unión Europea le ha recordado a los líderes de Marruecos que «las fronteras españolas son fronteras europeas»; mientras que la ONU ha puntualizado la importancia de un acuerdo entre España y Marruecos para solventar esta situación inquietante.
Llegados a este punto, cabe recordar que el rechazo en frontera fue ratificado por la Comisión Europea en la que aceptaba y apoyaba la sentencia de Tribunal Europeo de Derechos Humanos que se posicionaba a favor de la devolución inmediata de inmigrantes que entraran saltando la valla de Ceuta y Melilla. Esto no quiere decir que se les deniegue el derecho de solicitar asilo.