Una persona ha sido detenida y otras dos están siendo investigadas
Oviedo.- Con el nombre Feiticeiro, la Guardia Civil ha llevado a cabo una operación bajo la cual se ha detenido a un ciudadano ruso, de 59 años de edad, al que se acusa de un delito contra la salud pública, y de otro delito relativo a la propiedad industrial. En la misma operación también se ha investigado a dos mujeres. Una como supuesta colaboradora en la fabricación, suministro y almacenamiento de los medicamentos; y otra mujer residente en Alicante, donde el detenido tenía una segunda residencia.
La operación comenzó a finales del pasado año, tras la denuncia de un hombre al que habían bloqueado el correo electrónico en su empresa
La operación comenzó en 2019, tras la denuncia de un hombre al que habían bloqueado el correo electrónico en su empresa. Dicha sociedad trabajaba con un complejo de aminoácidos que se usan en agricultura, y sus ventas y gestiones de ampliación de mercado se hacían principalmente en Rusia, Ucrania, y otros países de la zona.
Se inició entonces una investigación que descubrió varias irregularidades, y se identificó al socio del denunciante como V. S., ciudadano ruso con residencia en Tudela Veguín (Oviedo, Asturias). Los agentes descubrieron que el detenido se dedicaba a la fabricación casera de supuestos medicamentos para el consumo humano que comercializaba en Asturias, Alicante y Rusia. Sin contar para ellos con los permisos necesarios, que otorga la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios).
Documentación falsa y una marca ficticia
En el registro de su vivienda se intervinieron 25 kilos de distintas sustancias: minerales, vegetales, nutrientes, fertilizantes, biofertilizantes, y otros complementos de uso agrícola. Además de 106 litros de aditivos de alimentación para uso ganadero, que supuestamente se empleaban para la fabricación de los medicamentos así como los frascos empleados para su envasado. También se requisaron casi 7000€ en efectivo.
A lo largo de la investigación también se pudo determinar que los medicamentos ilegales eran elaborados con principios activos agrícolas, amparados con documentación falsa, y que existía una marca ficticia para su distribución que usaba el logo y el nombre comercial de dos empresas reales ubicadas en España. El falso medicamento era vendido al precio de 60/80 euros por unidad.
EL DETENIDO AFIRMABA QUE LOS FÁRMACOS TRATABAN DOLENCIAS DE GRAVEDAD COMO CÁNCER Y SÍNDROMES DE ANSIEDAD O CANSANCIO.
Los medicamentos falsificados suponen un riesgo importante para la salud al carecer de las mínimas medidas de control en su fabricación, transporte y almacenamiento. Por este motivo, la Guardia Civil alerta de las consecuencias de su consumo y solicita a los compradores que dejen de utilizarlo y acudan a dependencias de la Guardia Civil para denunciar su venta fraudulenta.