14 personas han sido detenidas por los delitos de estafa, blanqueo de capitales, contra la salud pública, falsedad documental y pertenencia a organización criminal.
Valencia, Zaragoza, Gipuzkoa.- La Guardia Civil ha detenido a 14 personas por vender mascarillas y material sanitario caducado. Hasta el momento, se han incautado más de 300.000 mascarillas que llevaban caducadas desde noviembre de 2014.
A los detenidos se les imputan delitos contra la salud pública, blanqueo de capitales, estafa, falsedad documental y pertenencia a organización criminal.
En los registros practicados en Valencia, Zaragoza y Gipuzkoa, la Guardia Civil ha encontrado además gran cantidad de material sanitario caducado como guantes, medicamentos, jeringuillas, equipos de oxigenoterapia o botellas de drenaje. Junto al material caducado, se han incautado también 64 525 euros y se han bloqueado 33 cuentas bancarias. En 16 de estas cuentas se han bloqueado 80 000 euros.
Para evitar ser descubiertos, los detenidos cambiaban los envases originales en los que se indicaba la fecha de caducidad, introduciendo las mascarillas en bolsas transparentes donde no constaba fecha alguna. También contaban con otro material sanitario que carecía de la correspondiente documentación exigida, y que igualmente falsificaban para introducirla en el mercado.
La Operación comenzó tras la declaración del estado de alarma
La operación FACE MASK comenzó justo después de la declaración del estado de alarma cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de un transporte de 252 000 mascarillas caducadas entre Andoáin (Gipuzkoa) y Pobla de Farnals (Valencia). Este hecho, ha destacado la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, hace que la investigación adquiera “aún más relevancia por haberse producido en un momento de gran demanda de material sanitario y donde existía dificultad para su adquisición”.
Los detenidos actuaban como comisionistas procediendo a la venta del producto, unas veces aportando un certificado no válido de otros países y otras veces vendiendo los productos con certificados del organismo notificado o declaraciones UE de conformidad del fabricante que no correspondían con dichos productos o falsificándolos.
Asimismo, los responsables de la citada empresa preferían distribuir las mascarillas caducadas a empresas para que las utilizaran sus empleados, antes que distribuirlas en farmacias, ya que en éstas existe un mayor control tanto del envasado como de la documentación que ampara la fabricación, comercio, distribución y puesta a la venta al público.
Durante la investigación se constató también que trataron de realizar compra-venta de estos productos sanitarios a Países como Portugal, Italia, Colombia o Turquía.