En 2014 comenzó la investigación policial al recibir un aviso de las autoridades lituanas de la posibilidad de que el fugitivo se encontrase en España.
Siguiendo sus pasos encontraron gestiones en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea o su presencia en el recinto de IFEMA de Madrid el pasado mes de mayo.
Más tarde lograron averiguar que trabajaba de manera ocasional en un local de tatuajes de Cambrils (Tarragona). Tras acudir al lugar y no encontrarlo hablaron con negocios de la zona.
La colaboración ciudadana con una llamada anónima fue lo que alertó a la Policía Nacional de que la persona que buscaban se encontraba en el local y procedieron a su detención ya que tenían una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) de la Policía de Lituania.