La Policía Nacional, en una operación conjunta con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, ha detenido a 18 personas, 15 de ellas en la Comunidad de Madrid, y otras tres en Ibiza, Málaga y Lloret de Mar, Gerona, por su presunta participación en delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública, entre otros.
A algunos de los detenidos, se les imputan los delitos de trata de seres humanos, intrusismo profesional, contra los derechos de los trabajadores, contrabando e infracción a la ley de extranjería. Los arrestados promocionaban y organizaban encuentros por los que los participantes pagaban y donde se suministraban sustancias psicoactivas prohibidas y peligrosas para la salud.
Agentes especializados en la lucha contra sectas destructivas detectaron la presencia de un entramado comercial que promocionaba, a través de redes sociales y sitios web, la celebración de rituales neochamánicos. En estos anuncios se prometía una mejora en la salud física y emocional de los participantes gracias al consumo de diferentes psicoactivos.
Investigación internacional
Durante la investigación, descubrieron que la organización mantenía una sede en la selva colombiana donde disponía de los medios y materia prima necesaria para elaborar el brebaje de la ayahuasca. Este tipo de sustancias psicoactivas es habitualmente utilizada en el marco de ceremonias de “sectas new age” y normalmente va acompañada de diversos estímulos como parafernalia ambiental, cantos, luces o incienso que ayudan al chamán a captar y ejercer un control coercitivo del grupo. La ayahuasca era introducida clandestinamente en España a través del aeropuerto de Madrid Barajas-Adolfo Suárez con “mulas” o simulando importaciones de otros productos en paquetes.
Además de distribuir estos productos en España, también tenían centros en Francia, Italia, Bélgica, Irlanda, Finlandia, Rumania, Malta, México, Colombia y Turquía. En todas estas localizaciones también se celebraban rituales de “evolución interior” donde suministraban a los asistentes sustancias psicoactivas prohibidas y peligrosas para la salud como sapo bufo, rana kambó y peyote, además de la ya mencionada ayahuasca. Su consumo era supervisado por un médico colegiado y su pareja, que se hacía pasar por Licenciada en medicina.
Durante uno de los ochos registros realizados, se sorprendió a parte de los investigados iniciando la celebración de un ritual antes de facilitar los referidos psicoactivos a unos asistentes. En ellos se han intervenido 24.000 euros y diferente moneda extranjera en efectivo, 1 kilogramo de mescalina, más de 60 kilos de ayahuasca, otras sustancias psicoactivas e instrumentos para su consumo. También un datáfono, material informático y de producción audiovisual, numerosos teléfonos móviles, dos drones y un vehículo de alta gama, entre otros efectos.
La figura del líder de la organización, fallecido durante la instrucción de la causa que se acaba de conocer, era considerado por sus adeptos como un maestro espiritual o gurú. A él se le imputaron delitos contra la libertad e indemnidad sexual y de favorecimiento a la inmigración clandestina.