Sanidad ordenó la suspensión cautelar de la actividad empresarial en mayo tras la intoxicación de dos personas por anisakis.
Granada.- La Guardia Civil ha detenido a un empresario y a su esposa como presuntos autores de un delito contra la salud pública y otro delito de desobediencia a la autoridad. Ambos hicieron caso omiso de la suspensión cautelar de la actividad de su empresa, ordenada por la Delegación Territorial de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, y siguieron vendiendo sus productos a pesar de que estos podían suponer un riesgo extraordinario e inminente para la salud pública.
Este empresario se dedica en un municipio de la Costa de Granada a la elaboración de productos de pesca y uno de sus productos, unos boquerones en vinagre, provocaron una alerta sanitaria el pasado mes de mayo. En Sevilla y Jaén se detectaron dos casos de intoxicación por anisakis en los que resultaron afectadas cuatro personas y se descubrió que las cuatro habían consumido boquerones elaborados por esta empresa granadina.
La distribución de este producto en las comunidades de Andalucía, Aragón, Madrid, Cataluña, Canarias y Castilla-León, derivó en una alerta sanitaria de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que advertía de la comercialización de boquerones en vinagre con presencia de parásito vivo anisakis de esta empresa, y recomendaba su devolución al punto de venta.
Hasta 114 facturas emitidas durante la suspensión cautelar
A la vista de las irregularidades detectadas, fue clausurada de forma cautelar el pasado día 5 de mayo por la Delegación Territorial de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, por considerar que el mantenimiento de la actividad podía suponer un riesgo extraordinario e inminente para la salud pública.
Dos meses después, el pasado día 7 de julio, se solicita el auxilio del Seprona de la Guardia Civil para inspeccionar nuevamente esta empresa, al tener conocimiento de que había seguido funcionando a pesar de la suspensión cautelar que pesaba sobre ella.
LA EMPRESA MANTUVO SU ACTIVIDAD CON CUATRO TRABAJADORES A PESAR DE LA SUSPENSIÓN CAUTELAR
Los agentes comprobaron que la empresa estaba funcionando de manera clandestina, y que el detenido había mantenido la actividad de la empresa desde el mismo día de su suspensión. Eso sí, las facturas emitidas se hacían con el nombre de la mujer y no del empresario, aunque el producto mantenía el mismo etiquetado. La Guardia Civil ha llegado a contar hasta 114 facturas expedidas durante este período.
Durante la inspección se inmovilizaron 1 327 kilos de producto: boquerones, boquerones en vinagre, camarones, sardinas, rejos, calamar, pulpo y pulpo seco, por “riesgo inminente y extraordinario para la salud de las personas”. Ambos detenidos, tras prestar declaración fueron puestos en libertad.